Mozart, la genialidad precoz.
Nació en Salzburgo el 27 de enero de 1756. Su padre,
Leopoldo Mozart, también compositor, fue su educador musical. Fue quien lo
instruyó y quien lo promocionó artísticamente en su niñez. Con 6 años recién
cumplidos su padre lo llevó de gira por Europa (Linz, París, Munich, Viena),
donde alcanzó gran éxito. Un niño prodigio que conmovía a todos por su precoz
genialidad. A los 8 años compuso su primera sinfonía, y a los 11 un oratorio y
un drama. Poco a poco se fue convirtiendo, tras una severa educación musical,
en uno de los mayores genios de la historia.
Además de con su padre, quien se ocupó de que tuviera una
excelente formación, él estudió con los mejores maestros de la época, como
Johann Christian Bach -el menor de los hijos del gran Johann Sebastián-en
Londres y con el padre Martín, en Bolonia.
En 1767 la familia se estableció en Viena, y allí el niño
Mozart comenzó a escribir una misa solemne, varias sinfonías, algunos lieder y,
sobre todo, empezó a cultivar el género operístico que lo llevó a los niveles
más altos. En 1769, con 13 años, fue nombrado maestro de conciertos del
príncipe-arzobispo de Salzburgo, hombre que no supo apreciar el talento
avasallante del adolescente.
Como Mozart quería seguir viajando, le pidió permiso al
arzobispo quien lo despidió de su trabajo. Realizó su viaje por París (1777) y
por Italia, donde estrenó varias óperas. A pesar de su deseo, Mozart no pudo
quedarse en París, en cuyo viaje murió su madre que lo acompañaba. Por ello,
tras 16 meses, volvió a Salzburgo, donde siguió a las órdenes del arzobispo
-gracias a que Leopoldo Mozart intervino para recuperar el puesto para su
hijo-.
Pero el éxito llegó con sus primeras óperas, por lo que
Mozart se pudo ir de allí e instalarse en Viena como músico libre. En aquella
ciudad se casó en 1782 con Constance Weber, hermana de la que había sido el
amor de su juventud. Los problemas de salud de ambos hicieron que vivieran en
precariedad durante el resto de sus vidas, a pesar de que les sobraba trabajo
(alumnos, conciertos, composiciones, encargos del emperador José II, etc.).
Mozart siguió escribiendo partituras: decenas de obras y
óperas, como el "Rapto del Serrallo" (primera ópera en alemán),
"Las bodas de Fígaro" (1786), "Don Giovanni" (1787). Hasta
que volvió a realizar una gran gira de conciertos por Frankfurt, Munich,
Mannheim y Magunci.
En 1791, a pesar de estar enfermo y lleno de deudas, se
dedicó a escribir ansiosamente partituras. Tras estrenar "La flauta
Mágica" y la "Clemenza di Tito" (en ese mismo año), Mozart
comenzó a trabajar en un encargo que una persona desconocida le había hecho: un
Réquiem. él pensó que esa persona en realidad era una voz que le anunciaba su
propia muerte (y que el réquiem sería para él mismo), pero parece que fue un
melómano (el conde de Walsseg) quien se la encargó a escondidas para poder
estrenarla como suya.
Mozart murió el 5 de diciembre de 1791, en Viena, antes de
cumplir los 36 años. Hay distintas hipótesis sobre su muerte: bronconeumonía,
fiebre, infecciones, envenenamiento, etc. Pero no está clara cuál fue la
verdadera causa. El genio dejó sin terminar la que llegó a ser una de las más
bellas composiciones de la historia. Su discípulo Süssmayr fue el encargado de
completar la partitura. Mozart fue enterrado en una fosa común, y entre los
asistentes a su funeral estaba el malafamado Antonio Salieri.
Fue un genio absoluto, autor de una música que aún hoy
conserva intacta toda su frescura, con la capacidad de seguir sorprendiendo y
emocionando. Un referente de la música de todos los tiempos, Mozart, se destacó
con una magnificencia poco vista, sobre todo teniendo en cuenta su precocidad
como autor.
Cultivó todos los géneros y en todos ellos sobresalió por
sus sobresalientes condiciones. Sus obras más conocidas son las óperas
"Don Juan", "La flauta mágica" y "Las bodas de
Fígaro"; un célebre "Réquiem"; un "Tedéum" y numerosas
obras más de carácter religioso. Asimismo, música de cámara, treinta y cinco
lieder, varias sinfonías y numerosas sonatas para piano -su instrumento
favorito, que llegó a dominar a la perfección-.
Como compositor dramático se distinguió por abandonar las
formas convencionales, por dar la expresión exacta del sentimiento dramático,
por tener la claridad de la armonía y la pureza de la melodía. Por todo esto es
considerado uno de los más innovadores. Pocos artistas como él supieron
combinar de forma tan admirable la gracia melódica italiana con la amplitud de
sentimiento y robustez alemanas.
POEMA
LA LÍNEA MOZARTIANA.-
Ondas de un suave
mar:
la sinfonía de Mozart.
La luz celeste, la melodía y claridad.
Definen esas notas su genio musical.
Juego insuperable de claves, violines y aires.
Programan netamente la esencia, augusta, del arte Clásico.
Digo Clásico y nombro lo Eterno, lo Perfecto.
¡Evidente!. El Espíritu Divino está en él.
La línea excelsa de
sus sonidos,
exige, reclama, atención devota.
Y, sobre todo, se enciende, levita, mi alma,
En
mi ambiente, al escucharlo